Un crucero singular por el territorio que pisamos: los barrios lisboetas llenos de parsimonia; los volcanes de Tenerife y sus acantilados; los paisajes  templados bermudianos que han conformado la isla siglo a siglo, con la lejana presencia española, y que con la lentísima evolución de las piedras que parecen seres vivos; Nueva York, llorando por la ausencia poética de García Lorca, y Miami, con playas artificiales que han recibido el impacto de las hordas turísticas. 

CRUCERO gestionado por MSC. Buque “DIVINA”.